Ver: http://xmnicol.blogaliza.org/2013/07/
La selección textual que nos regala Fernando Lillo está armónicamente estructurada y deja traslucir la actitud de griegos y romanos frente a la herencia recibida de lo mágico y lo maravilloso y cómo nos la han transmitido y ha llegado hasta nosotros. Cualquier civilización, cualquier cultura se plantea el problema de esas herencias, especialmente Grecia y Roma, que se extienden a mundos que les legan diversas culturas, antiguas y ricas, y lo maravilloso, más que cualquier otro elemento de la cultura y de la mentalidad corresponde precisamente a los estratos más antiguos. Todas las sociedades se alimentan y nutren de lo maravilloso de otras que les precedieron, de ahí que estas historias nos parezcan de ahora mismo y nada ajenas a nuestro mundo.
Fernando Lillo a través de este manojo de historias excelentemente traducidas nos sitúa en un camino que va más allá del puro placer, de la simple curiosidad, más allá de todas las emociones que nos despiertan estos relatos admirables, sorprendentes, maravillosos. El propósito de entretenernos, de hacernos olvidar la trivialidad y el aburrimiento de lo cotidiano, de vivir sensaciones agradables o aterradoras se queda corto; la intención real de este viaje a lo maravilloso es la investigación cabal de la existencia humana de quienes construyeron el mundo clásico e hicieron posible el nuestro.
Textos que nos despiertan estados de ánimo, emociones, pero que nos arrastran
también a pensar solos y a pensar mucho y a convencernos de que lo maravilloso anida en nuestro interior y no reflejado en el fondo de un espejo, en definitiva, a conocernos mejor.
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Por: José M. Otero
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